Nunca es tarde para recuperarse
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jueves, 18 de junio de 2009

Mis sábados de los 15 a los 20 años.

Me los pasaba muy bien intentando ayudar a mi padre en su trabajo, y después por la tarde nos íbamos al mismo sitio a limpiar los vehículos, coche, camiones.


Después del intento de ayudar, tocaba el intento de aprender y vaya si se aprendia.


Tengo el recuerdo de que en la empresa pintábamos todas las cubas nosotros, un compañero de mi padre, los niños, yo y mi hermano. A las 9:30 íbamos a almorzar y nos comíamos "huevos fritos con lomo" que particularmente a mi me gustaban mucho, como que los repetía cada sábado que tocaba ir.




Y por la tarde íbamos a ayudar al mecánico a arreglar los camiones, y si teníamos algo en el coche a repararlo. que no era una ayuda muy fuerte, pero ayudabamos lo mejor que podiamos




Pues así pasabámos los sábados hasta las 8 o 9 de la noche, llegábamos a casa y nos tocaba salir con los amigos, o preparar como iba a ser el domingo para nosotros.




Y los domingos de visita familiar, unas veces a Reus, otras veces a Matrtorellas y otras a Barcelona. Cuando nos íbamos a Reus, nos tocaba en la Masia del tito pepe, y nos lo pasábamos estupendamente con mi primo, y sus tres hermanas, pues nos tocaba como castigo si no nos portábamos bien, recoger los huevos de las gallinas, y habia tres gallineros de unas 3000 gallinas cada uno. Y también nos gustaba bañarnos en una balsa que había alli, donde se acumulaba el agua de regar todos los campos. Cuando íbamos a Martorellas nos tocaba ir a los pinos, que era un pinar que había cerca de donde vivían, el tito, y mi tita. Y cuando íbamos a Barcelona, pasábamos la tarde con mi primo José Maria, y con su hermano Juan de Dios, lo pasabamos muy bien mientras que los papas de los cinco tomaban café y hablaban de sus cosas.